Masada: situada en lo alto de un peñón en pleno desierto de Judea, Masada es una fortaleza natural de majestuosa belleza dominando el Mar Muerto. Símbolo del antiguo reino de Israel y de su brutal destrucción, fue el último reducto de la resistencia de los judíos al ejército romano en el año 73. El palacio-fortaleza fue construido en el estilo romano clásico de la época por Herodes el Grande, rey de Judea, que reinó entre los años 37 y 4 a.C. Los campamentos militares, las fortificaciones y la rampa de asalto que rodean el monumento constituyen los vestigios más completos de las obras de asedio de la época romana conservados hasta nuestros días.
Ciudad vieja de Acre: Acre es una histórica ciudad portuaria fortificada que se halla emplazada en un sitio donde se establecieron sucesivamente distintos pueblos desde tiempos de los fenicios. La ciudad vieja actual conserva las características de las ciudades fortificadas otomanas de los siglos XVIII y XIX, con su ciudadela y sus mezquitas, caravasares y baños. Los restos de la época de los cruzados, que datan del periodo 1104-1291 y se hallan prácticamente intactos tanto en el subsuelo como en la superficie, ofrecen una visión excepcional de la ordenación del espacio urbano y las estructuras de la ciudad que fue capital del reino cristiano de Jerusalén en la Edad Media.
Ciudad Blanca de Tel-Aviv – El Movimiento Moderno: Tel-Aviv fue fundada en 1909 y se desarrolló, a imagen y semejanza de una ciudad metropolitana, en tiempos del mandato británico en Palestina. La llamada Ciudad Blanca se construyó desde principios del decenio de 1930 hasta 1948, con arreglo al trazado diseñado por Sir Patrick Geddes que estaba basado en los principios del urbanismo orgánico moderno. Los edificios fueron diseñados por arquitectos formados en Europa, donde ya habían ejercido su profesión antes de emigrar a Israel. En un contexto cultural nuevo, realizaron un conjunto excepcional de edificios muy representativos del movimiento arquitectónico moderno.
Megido, Hazor y Beer Sheba: Los montículos con vestigios de asentamientos humanos prehistóricos, son característicos de las llanuras del Mediterráneo oriental y abundan en el Líbano, Siria, Israel y el este de Turquía. De los dos centenares localizados en Israel, los de Megido, Hazor y Beer-Sheba son representativos ya tienen restos de ciudades con resonancias bíblicas.
Ruta del incienso – Ciudades del desierto del Neguev: En el desierto del Neguev, las cuatro antiguas ciudades nabateas de Avdat, Haluza, Mamshit Kurnub y Shivta, así como una serie de fortalezas y paisajes agrícolas, jalonaban los itinerarios de la ruta por la que transitaban el incienso y las especias hacia su destino final: la cuenca del Mediterráneo. Todos estos lugares constituyen un testimonio del del incienso y la mirra entre el sur de la Península Arábiga y la cuenca del Mediterráneo, que floreció desde el siglo III a. C. hasta el siglo II d. C. Este lugar conserva restos de sistemas de irrigación extremadamente perfeccionados, de construcciones urbanas, de fortines y de caravasares que atestiguan cómo el hombre logró asentarse en estas tierras desérticas inhóspitas y desarrollar la agricultura y el comercio en ellas.
Lugares sacros en Haifa y Galilea Occidental: Estos lugares se han inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial por ser testigos de la sólida tradición de peregrinación existente en la religión bahahí y por el profundo significado que tienen para quienes la profesan. Comprenden 26 edificios, monumentos y sitios, ubicados en 11 lugares de Acre y Haifa, que están vinculados a los fundadores de esta confesión religiosa. Entre ellos figuran el santuario del Bahá’u’lláh en Acre y el mausoleo del Báb en Haifa, así como una serie de casas y jardines, junto con un cementerio y un amplio conjunto de edificios modernos de estilo neoclásico que albergan la administración, los archivos y un centro de estudios.
Lugares de la Evolución Humana en el Monte Carmelo: Situado en las laderas occidentales de la cadena del Monte Carmelo, el lugar incluye las cuevas de Tabun Jamal, el-Wad y Skhul. Noventa años de investigaciones arqueológicas han revelado una secuencia cultural de la duración sin precedentes, proporcionando un archivo de la vida humana temprana en el sur-oeste de Asia. Este sitio contiene depósitos culturales que representen, al menos 500.000 años de evolución humana que demuestra la existencia única de dos neandertales.
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