Petra: Situada entre el Mar Rojo y el Mar Muerto, esta ciudad de la civilización nabatea estuvo habitada desde los tiempos prehistóricos. En la Antigüedad fue un importante cruce de las caravanas comerciales que transitaban entre Arabia,
Egipto y Siria. En parte esculpida en la roca y en parte construida en medio de un circo de montañas surcadas por pasos y desfiladeros, Petra es uno de los sitios arqueológicos más famosos del mundo, en el que se mezclan las influencias de las tradiciones del antiguo Oriente y las de la arquitectura helenística.
Quseir Amra: Construido a principios del siglo octavo, este castillo del desierto excepcionalmente bien conservado era a la vez una fortaleza con una guarnición y una residencia de los califas omeyas. Las características más destacadas de este pequeño palacio de recreo son su salón de recibimiento y sus baños o ‘hammam’, decorados espectacularmente con pinturas murales figurativas que reflejan el arte de la época.
Um er-Rasas (Kastron Mefa’a): Este sitio arqueológico está aún por excavar en su mayor parte y posee vestigios que datan de los siglos III a IX, en la época romana y bizantina y de los primeros tiempos del Islam. En un principio fue un campamento militar romana y cuenta con dos torres cuadradas.
Desierto de Uadi Rum: El sitio abarca una zona situada al sur de Jordania, cerca de la frontera con Arabia Saudita. Su variado paisaje desértico está formado por cañones, arcos naturales, grutas y grandes fallas. Los vestigios de petroglifos e inscripciones, así como los restos arqueológicos subsistentes en el sitio, constituyen un testimonio de doce milenios de ocupación de sus parajes por el ser humano y de la interacción de éste con el medio ambiente.
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