GUIA DE CAMBOYA

Situación Geográfica

Con una superficie 181.040 km2. Camboya limita al Oeste con Tailandia, al Norte con Laos, al Este con Camboya y al Sur con el golfo de Tailandia. Su tamaño puede compararse con la mitad de Italia. En cuanto a la orografía de su terreno, el país está dominado por el poderoso río Mekong, que la atraviesa de Norte a Sur; por el gran lago Tonlé Sap, repleto de peces; por la cadena del Elefante y los montes Cardamomos, al Suroeste; por los montes Dan Rek, a lo largo de la frontera tailandesa; y por las tierras altas orientales, al Noroeste. La mayor concentración de población está en las fértiles llanuras centrales de la cuenca formada por el Mekong y el Tonlé. La tala frenética constituye la principal amenaza contra el entorno natural camboyano, que ha reducido la extensión forestal del país del 75%, a mediados de los años sesenta, al 49% a mediados de 1993.

Teniendo en cuenta la necesidad de constante liquidez del gobierno, existen pocas razones para creer que este problema pueda solucionarse a corto plazo. El número de parques nacionales crece lentamente, pero con la elevada tala ilegal y las igualmente copiosas concesiones legales no hay árbol seguro en el país. Destacan los parques de Bokor, en la costa sur; Ream, cerca de Sihanoukville; Kirirom, en las afueras de Phnom Penh; y Virachay, en la frontera con Laos y Camboya. Se cree que un gran número de especies en peligro, ya extinguidas en cualquier otro lugar, se esconde en los hábitats más remotos; entre ellas se incluyen elefantes, tigres, leopardos, rinocerontes, gibones, murciélagos y cocodrilos. La fauna más común está compuesta por variedades de mariposas, serpientes y aves, como el cormorán, la grulla o el pato.


Historía

Se conoce muy poco acerca de la Camboya prehistórica, aunque los descubrimientos arqueológicos han demostrado que, en la época anterior al año 1000 aJC, el pueblo camboyano subsistía a base de una dieta de pescado y arroz y habitaba en casas sobre pilotes, característica que aún mantienen. Desde el siglo I hasta el siglo VI, buena parte de la actual Camboya estaba integrada en el Reino de Funán cuya prosperidad se debió, en buena medida, a su posición en la gran ruta comercial entre China y la India. La era de Angkor, conocida por sus brillantes logros en arquitectura y escultura la inició Jayavarman II hacia el año 800. Durante su gobierno, una nueva religión estatal estableció al gobernante Khmer como un devaraja (dios-rey).

Los vastos sistemas de irrigación facilitaron el cultivo intensivo del territorio situado alrededor de Angkor y permitieron a los khmer mantener una densa población en un estado muy centralizado. Durante noventa años a partir de 1863 los franceses controlaron Camboya como un territorio adjunto a sus intereses coloniales en Camboya. En 1953 se declaró la independencia y durante 15 años el rey Norodom Sihanouk (más tarde príncipe, primer ministro y Jefe del Estado y en la actualidad, de nuevo rey) dominó la política camboyana pero, alineado tanto de la izquierda como de la derecha, en razón de su política errática y represiva, fue depuesto en 1970, huyendo a China.

A partir de 1969, Camboya se vio arrastrada en el conflicto de Camboya. Estados Unidos inició en secreto el bombardeo sistemático de los supuestos campamentos base de los comunistas en Camboya y poco después del golpe de estado de 1970, tropas estadounidenses y sudCamboyaitas invadieron el país para expulsar a las fuerza comunistas Camboyaitas. Fracasaron en su intento pero la invasión impulsó a los rebeldes indígenas de Camboya, los khmer rojos, hacia el interior del país. Las salvajes luchas que se entablaron, pronto se extendieron por toda Camboya y sólo terminaron cuando Phnom Penh cayó en poder de los khmer rojos el 17 de Abril de 1975, dos semanas antes de la caída de Saigón. Tras apoderarse de Phnom Penh, los khmer rojos, bajo la dirección de Pol Pot, impusieron una de las reestructuraciones más radicales y brutales que haya tenido que soportar una sociedad. Su objetivo fue la transformación de Camboya en un país maoísta dominado por los campesinos formando una enorme cooperativa agrícola. Durante los cuatro años siguientes, cientos de miles de camboyanos, incluyendo la inmensa mayoría de las gentes educadas del país, fueron resituados en el campo, torturados hasta la muerte o simplemente, ejecutados. Miles de personas fueron tildadas de parásitos y asesinadas sistemáticamente sólo porque hablaban una lengua extranjera o llevaban gafas, un signo de modernidad y corrupción inaceptable.

Al menos un millón de camboyanos murieron entre los años 1975 y 1979 como consecuencia directa de la política seguida por el gobierno de los khmer rojos. A finales de 1978 Camboya invadió Camboya y expulsó a los khmer rojos que huyeron hacia el oeste en dirección a las junglas situadas a ambos lados de la frontera con Thailandia. Mantuvieron en toda la zona una guerra de guerrillas desde finales de la década de los 70’s y buena parte de la década de los 80’s, armados y financiados por China y Thailandia, con el apoyo indirecto de los Estados Unidos, en contra del régimen de Phnom Penh, apoyado por Camboya. A mediados de 1993 se celebraron en Camboya elecciones controladas por la ONU. Se redactó y aprobó una nueva Constitución y Norodom Sihanouk fue nombrado rey y primer ministro. Pese a hablarse mucho sobre la formación de una coalición con el gobierno, los khmer rojos siguen al margen del proceso político y constituyen una continua amenaza para el país.

Tradiciones y costumbres

Entre el 90 y el 95% de los más de 14 millones de habitantes que viven en Camboya son étnicamente khmer, lo que hace que el país sea uno de los más homogéneos del sudeste de Asia. Sólo un 10% de la población reside en las ciudades. El grupo minoritario más importante es el de etnia china que hasta 1975 controló la economía de Camboya y que, con ayuda de las inversiones exteriores chinas, vuelve a hacer sentir ahora su presencia. Hay una gran desconfianza y recelos mutuos entre los khmer y los étnico-Camboyaitas del país.

Actualmente los musulmanes Cham de Camboya (Islam khmer) ascienden a unos 200.000. Sufrieron fuertes persecuciones entre 1975 y 1979 y una gran parte de su comunidad fue exterminada. Las diversas minorías etnolingüísticas de khmer (tribus de las montañas) que viven en las regiones montañosas del país, ascendían en 1975 aproximadamente a unos 90.000 individuos. Como en el resto del sudeste asiático, el arroz y, en menor medida, los tallarines, suelen estar siempre presentes en la cocina camboyana que también se sirve de la carne de pollo y de cerdo, así como de los vegetales y de los chiles, tan inevitables como tremendos, para confeccionar la mayoría de sus menús que, por lo general, comienzan siempre con sopas de verduras o pescado.


Lugares de Interés

Phnom Penh. Phnom Penh fue considerada en su día como la más hermosa de las capitales construidas por los franceses en Indochina y hoy, a pesar del tráfico, del desarrollo urbanístico y de los muchos desmanes cometidos durante decenios de contiendas militares, aún se puede percibir en muchos rincones de la ciudad ese ambiente que, en otros tiempos, la hizo famosa por su encanto. La capital conserva su innegable encanto, a pesar de un pasado agitado y a menudo violento. La desmoronada arquitectura colonial supone un atractivo telón de fondo a las bulliciosas cafeterías que flanquean las calles y al remodelado recinto del paseo fluvial, un lugar especialmente activo los viernes y sábados por la noche.

Antes de visitar la residencia real se antoja como previa la visita del Museo Nacional, conocido también como Musée des Beaux Arts, impresionante edificio de arquitectura tradicional y hermosa fachada roja, que alberga una magnífica colección de esculturas que van desde el siglo VI hasta el XIV y que, al contener obras de los periodos Jemer, Funan, Chenla, Indravarman y Angkor, permite al viajero formarse una completa visión de conjunto de las manifestaciones culturales que descubrirá durante su visita al país. Palacio Real. Situado frente a Samdesh Sotharah Blvd., entre las calles 184 y 240, es la residencia oficial del rey Norodom Sihanouk y de vez en cuando, permanece abierto al público, sin que se haya tomado todavía una decisión para establecer un horario regular de apertura. La profusamente decorada puerta principal del palacio y el vigilante retrato del príncipe Sihanouk están colocados en la fachada del edificio. El palacio es bonito, con cubiertas de tejas escalonadas rematadas con numerosas agujas afiladas de templo. Está inspirado, sin lugar a dudas, en el Gran Palacio de Bangkok. La Sala del Trono y la Pagoda de Plata son sus atracciones más preciadas. A pesar de que los khmer rojos destruyeron la mayor parte de sus reliquias, la Sala del Trono, coronada por una stupa de 59 metros de altura, similar a las torres del Templo de Bayon, en Angkor, recuerda algo de la riqueza y del esplendor de la civilización Khmer. Entre los murales que cubren paredes y techos con escenas del Ramayana, se descubren una serie de tronos y un artilugio dorado en el que se transportaba al rey durante las procesiones reales.

En el contiguo pabellón real, vigilado por cuatro garudas, hay dos modestas sillas que presumiblemente utilizaban el rey y la reina en sus apariciones públicas. La Pagoda de Plata, llamada también Wat Preah Keo, es probablemente el tesoro más preciado de Camboya. Se llama así porque el suelo está cubierto por más de 5.000 baldosas de plata, cada una de las cuales pesa un kilo. El Buda Esmeralda supuestamente hecho en cristal de Baccarat, está situado sobre un pedestal sobredorado en lo más alto del dais. Delante del dais hay una figura de tamaño natural de Buda hecha en oro macizo y decorada con 9.584 diamantes, el mayor de los cuales pesa 25 quilates. La pagoda y sus contenidos fueron “salvados” por los khmer rojos para demostrar al mundo exterior su “preocupación” por la conservación de las riquezas culturales de Camboya. Para visitarla, los extranjeros, tanto como los propios camboyanos, han de obtener una autorización especial del Ministerio de Cultura. Por razones de seguridad está prohibido realizar fotografías en el interior de la pagoda. El Templo de Wat Phnom. Está situado en un montículo de unos 30 metros de altura cubierto de árboles y, en otros tiempos, era visible desde cualquier punto de la ciudad. Según la leyenda, la primera pagoda que hubo en este lugar fue erigida en 1373 para albergar cuatro estatuas de Buda depositadas allí por las aguas del Mekong y descubiertas por una mujer llamada Penh, de ahí el nombre de Phnom Penh que significa la

Colina de Penh. Esta stupa y sus capillas adyacentes fueron también destruidas prácticamente en su totalidad por los khmer rojos por lo que hoy en día queda poca cosa de interés a ver. Otros templos de la capital como el Wat Ounalom situado en la esquina del Lenin Blvd. con la calle 154 o el Wat Lang Ka, situado junto al monumento a la Victoria, corrieron la misma suerte que el Wat Phnom de la mano de los khmer rojos que los arrasaron totalmente en el llamado “Año Cero”. Museo Tuoi Sieng. En 1975, la Escuela Superior de Tuoi Svay Prey fue tomada por las fuerzas de seguridad de Pol Toi y transformada en lo que se llamó Prisión de Seguridad 21 (S-21). Pronto se convirtió en el mayor centro de detenciones y torturas de país. Prácticamente todo el que entraba en el S-21 acababa en el campo de exterminio de Cheoung Ek para ser ejecutado. Aunque gran número de los objetos de tortura que se exhibían en este museo han sido retirados, todavía es estremecedora la presencia del sufrimiento y desesperación de las personas que pasaron por este osario reflejados en la gran galería de fotografías de tamaño carnet que se exponen en las paredes de los edificios principales, víctimas inocentes de un régimen perverso. Al antiguo campo de exterminio de Cheoung Ek se accede por el Boulevard Pokambar. En este lugar, a unos 15 Kmts. del centro de la ciudad, un gran monumento de cristal contiene cerca de 9.000 calaveras, restos de las víctimas que fueron exhumadas de las fosas colectivas y que están expuestas debidamente ordenadas por sexo y edad, formando una torre construida piso a piso. La zona del mercado central, donde se ubica el bulevar de Monirong, es el núcleo principal para los viajeros con presupuesto ajustado, pues en ella el alojamiento resulta económico y existen numerosos puestos de comida. Los mercados callejeros se erigen como los lugares apropiados para curiosear y encontrar interesantes ofertas de joyería, antigüedades o ubicuos kramas (bufandas de algodón). Para comer bien y tomar una cerveza por poco dinero, se recomienda la zona del paseo del río.

Siem Reap. Siem Reap es la capital de la Provincio de Siem Reap y se sitúa al corazón de dicha provincia al paso de la Carretera Nacional 6 que une la capital, Phnom Penh y Kompung Thom con Sisophon. Parte de allí la Carretera Nacional 12 que va hacia el norte del país (Provincia de Preah Wijía). A 8 Km. al norte, se encuentra la antigua ciudad sagrada de Angkor, epicentro del Imperio Jemer y la principal responsable de hacer de la ciudad de Siem Reap el lugar más visitado del Reino de Camboya. La ciudad, presentada como un polo del turismo internacional, posee toda la infraestructura para ello. Tiene además el segundo aeropuerto nacional que tiene vuelos diarios a Phnom Penh y Bangkok y eventualmente a otras capitales de Asia.

Para llegar a Siem Reap, si no se vuela desde Tailandia o Phnom Penh, lo mejor es venir en los barcos rápidos, que en seis horas remontan el río Tonlé Sap desde la capital camboyana, aunque los viajeros que quieren ahorrar se vienen en un penoso viaje de más de doce horas de autobús por una carretera desastrosa. Una buena idea para los que opten por el barco es proveerse de unos tapones para los oídos, pues el ruido del motor en la cabina es infernal y seis horas son muchas para semejante estruendo. Otra recomendación importante es la de viajar en la plataforma exterior si el barco va muy cargado. No sería el primero ni el último que se va a pique por el sobrepeso. Siem Reap está a pocos kilómetros de la zona arqueológica de Angkor y es el lugar ideal para alojarse durante los días que el viajero invierta en visitar los templos. Los últimos hoteles construidos están en las afueras de la ciudad por lo que, si el viajero decide acercarse para conocer su animado mercado, sería conveniente que hiciese auto stop, no tendrá ningún problema y cualquier motorista local se ofrecerá encantado a llevarle hasta el mismo centro del mercado La Ciudad de Siem Reap como población moderna, está prácticamente eclipsada por la gloria antigua y moderna de Angkor.

Se puede decir que cuanto tiene la Ciudad moderna hoy se debe al esplendor de la antigua. En 1937, en lo que era una pacífica aldea cercana a las ruinas de Angkor, los franceses construyeron el primer hotel, visionarios de lo que la maravilla arqueológica representaría para el mundo. El hotel fue llamado "Grand Hotel des Ruines". Pero aunque el sitio comenzó a ser frecuentado por turistas y especialmente por los estudiosos de Angkor y por los encargados de su protección y recuperación, el pueblo no tuvo un desarrollo significativo. El periodo de la Kampuchea Democrática acabó por destruir lo poco que había y la ciudad, como todas las poblaciones camboyanas de ese tiempo, quedó desolada. Después de la década de los 80, la Ciudad de Siem Reap se renovó completamente y hoy es un lugar adaptado para las exigencias de una afluencia del turismo internacional que no la abandona. Dicho contacto permanente con extranjeros, hace que muchos de sus habitantes puedan hablar otros idiomas, especialmente el inglés y el tailandés. Angkor está ubicado a 8 km al norte del centro de Siem Reap. Es necesario aclarar que el Complejo arqueológico de Angkor conforma un inmenso parque dentro del cual existen tarifas diferenciales.

El ingreso para los ciudadanos camboyanos es completamente gratuito, mientras que todos los extranjeros adultos deben pagar una tarifa determinada por día de visita. Salir del área del parque arqueológico implica que si se quiere regresar, se debe pagar de nuevo, un dato que muchos extranjeros no conocen previamente e incurren con frecuencia. El complejo arqueológico de Angkor comprende además un inmenso territorio de templos y otras ruinas y no se circunscribe sólo a Angkor Thom. En cuanto a la ciudad en sí, Siem Reap es un lugar atractivo por sus jardines, el paseo del río, los bulevares, pagodas y palacios. Debido a la gran afluencia de turistas, puede ser un lugar costoso y el dólar de EEUU es una moneda de uso corriente en la zona. Entre las posibles visitas a realizar en la ciudad está la de los Jardines Reales, con colecciones de estatuas y otros artículos angkorianos y la Pagoda Bo (Wat Bo), del siglo XVIII.

Angkor. La mayor atracción turística de Camboya se focaliza en los reconocidos templos de Angkor. Se trata de un conjunto de unas cien pagodas, construidas entre los siglos IX y XIII para glorificar una sucesión de reyes jemeres. Representan los vestigios sagrados de lo que llegó a ser en su momento un gran centro administrativo y religioso. La mayor parte de la urbe fue abandonada en el siglo XV y los templos fueron engullidos gradualmente por el bosque. A finales del siglo XIX, el enclave se convirtió en fuente de interés para los eruditos tras la publicación de la obra Voyage à Siam et dans le Cambodge, del naturalista francés Henri Mouhot. En la actualidad siguen efectuándose grandes esfuerzos para eliminar la vegetación que amenazaba con destruir completamente los edificios, junto con las tareas de restauración. Es imposible no sobrecogerse en Angkor.

El viajero quedará impresionado y le costará un gran esfuerzo encontrar entre sus recuerdos alguno que pueda compararse con la sublime belleza que se ofrece ante sus ojos. Días enteros de vagabundear entre los más de cien espectaculares templos que ofrece el complejo no bastarían para saciar la necesidad de verlo todo, de conocerlo todo, de disfrutarlo por completo. Sin embargo, el visitante debe ser prudente y no alejarse jamás de los senderos marcados durante el recorrido puesto que muchas zonas en los alrededores de Angkor fueron minadas en su día por el Jemer Rojo y aún hoy no han sido descubiertos todos los explosivos. La visita al complejo de templos y monumentos de Angkor , junto a la ciudad norteña de Siem Reap, es sin duda el mejor recuerdo que los viajeros se llevan de Camboya.

Los templos se diseminan en un área de unos 200 kilómetros cuadrados y fueron construidos durante el período de apogeo del Imperio Jemer, entre los siglos IX y XIV. Se necesita un mínimo de tres días completos para llevar a cabo un recorrido satisfactorio y muchos más si se quiere ver todos los templos. El mejor modo de visitar los monumentos es contratar una moto-taxi para todos los días de estancia, para lo que le pueden ayudar en el hotel de Siem Reap. El primer día hay que sacar a la entrada del recinto el pase, para el que se necesita una fotografía, que servirá para una, tres o más jornadas completas. El recorrido. Aparte de las sugerencias que nos dé nuestro moto-taxista, es conveniente planificar bien la visita, para, provistos de un mapa, aprovechar y ver los templos más cercanos entre sí en una misma jornada. Angkor Wat. Angkor Wat es el monumento más emblemático de Camboya, tanto que aparece como escudo en la bandera nacional, es este templo ciclópeo, el mayor de todo el conjunto arqueológico. Fue construido en el siglo XII en honor de Vishnu por el rey Suryavarman II, encarnación, según los jemeres, de esta divinidad hindú. La forma de Angkor Wat es una representación del Cosmos hinduista: el foso de casi 200 metros de ancho que lo circunda simboliza el océano que rodea a los continentes, aquí representados por los patios inferiores.

La torre central y más alta de las tres es el Monte Meru, morada de los dioses, mientras que las otras son los picos del Himalaya. El foso configura un rectángulo de 1,5 kilómetros por 1,3. Desde la entrada, un puente de piedra de 475 metros en forma de naga (serpiente cósmica), cruza el foso para llegar al muro exterior, que forma otro rectángulo de 1.025 por 800 metros y que en sus muros bellos bajorrelieves nos cuentan las historias mitológicas del Mahabarata hindú. Una vez dentro de los patios interiores o trepando hasta la base de las torres por galerías enormes, la sensación que se obtiene es casi indescriptible. Los templos de Angkor Tom. No lejos de Angkor Wat se encuentra una de las entradas a la antigua ciudad de Angkor Tom. Los cuatro accesos consisten en sendos arcos de piedra coronados por otro de los símbolos de Angkor: las cuatro caras del Buda de una época concreta, o Avalokiteshwara, siempre con su enigmática sonrisa y la mirada perdida en los cuatro puntos cardinales. Dentro de Angkor Tom el monumento más relevante y uno de los más importantes de todo el lugar es el Bayón, un templo piramidal pero de formas en todo caso abstractas, que no se concretan hasta que uno penetra en su interior y se topa con un auténtico laberinto coronado por 54 torres con sus correspondientes rostros de Avalokitehswara. Es una auténtica maravilla que no hay que perderse. A sólo 200 metros del Bayon, el Baphuon representa también el Monte Meru, morada de los dioses hindúes, y data del siglo XI.

No se puede trepar por esta pirámide hasta que terminen los actuales trabajos de restauración. De nuevo en el mototaxi hay que acercarse hasta la gran avenida donde los reyes-dioses de Angkor presenciaban los desfiles militares y sobre la que se halla la Terraza del Rey Leproso y la de los Elefantes, con fantásticos bajorrelieves. A menos de medio kilómetro de aquí, Baksei Chamkrong es un templo curioso, ya que está construido fundamentalmente en ladrillo. Y antes de acabar la primera jornada de visita todavía quedan algunas maravillas: Prasat Kravan, un templo de principios del siglo X, y sobre todo, Ta Prohm, una de las joyas de Angkor. Este enorme templo ha quedado casi como se descubrió a finales del siglo XIX. Aquí naturaleza y arquitectura se han fundido para asombro de todo visitante. Árboles gigantescos abrazan trozos de muro y muchos tramos de sus largos pasillos se ven interrumpidos por grandes bloque de piedra que se han desprendido del techo. La visita a Ta Prohm nunca se olvida y el visitante se siente hasta un poco Indiana Jones mientras va sorteando lianas y estatuas de Buda. Por fin, aunque es un poco turistada, merece la pena subir -a pie o en elefante pagando unas 2.000 pesetas- a la hora de la puesta del sol hasta la cima donde se halla el templo Phnom Bakheng, a otro medio kilómetro al sur de Angkor Wat y desde el que se obtiene una maravillosa vista del monumento más famoso. El segundo día se puede empezar visitando Ta Keo. también del siglo X y con una gran torre central rodeada de cuatro más pequeñas. Por la carretera conviene hacer cortas paradas y echar un vistazo a los templos de Chau Say Tevoda y Thommanon antes de llegar a otro de los lugares fundamentales de Angkor: el templo de Preah Khan, poco visitado por los turistas y alma casi gemela de Ta Prohm, ya que también se ha dejado casi tal y como se encontró tras siglos de desaparición bajo la espesa vegetación de la jungla.

Es enorme, con cuatro entradas y también atravesado por largos corredores de cuyas puertas parecen brotar las raíces de árboles centenarios. Preah Khan fue erigido en el siglo XII. Preah Neak Pean, Ta Som, el fantástico Pre Rup y Banteay Samré son otros templos de importancia en cuya visita puede emplearse el final de este segundo día. En la tercera jornada hay que salir pronto en el mototaxi para alcanzar Banteay Srei, un templo a 21 kilómetros del Bayon y hasta hace muy pocos años en una zona de actividad del Jemer Rojo. Fue construido en el siglo X y sus proporciones son casi minúsculas si lo comparamos con otros templos de Angkor, pero su interés reside en sus líneas armoniosas y, sobre todo, en sus maravillosos bajorrelieves. De vuelta hacia Siem Reap, hay que aprovechar para detenerse en los templos de Lolei, Preah Ko y el Bakong, el mejor de estos tres santuarios pertenecientes al llamado Grupo de Templos de Roulos. Pero a la caída del sol, esta vez hay que irse de Angkor como se llegó: rindiendo en una última visita tributo a esta grandiosa obra de arte del mundo antiguo que es el templo de Angkor Wat.


Información Práctica

Aduana y Documentación. Para entrar en Camboya se necesita pasaporte con una validez mínima de un meses y un visado que se concede para una estancia máxima, no prorrogable, de 30 días. Este documento, que se obtiene en las representaciones diplomáticas con cierta dificultad por lo que es aconsejable formar parte de un grupo turístico, se puede conseguir directamente a la llegada en el Aeropuerto de Siamp Reap o en el de Pochentong, en la capital, tras abonar 20 dólares, o bien en las embajadas camboyanas de Saigón (48 horas de tramitación y 20 dólares de coste) y Bangkok (24 horas de tramitación y 650 bath de coste).

Equipo del viajero. Es recomendable llevar ropa fresca y ligera, calzado cómodo, sombrero, gafas para el sol, crema de protección solar, repelente para insectos, algún jersey para las noches y un chubasquero si viaja en época de lluvias. No olvide el pasaporte, carné de conducir internacional, seguro de asistencia médica y repatriación y un botiquín. Tenga en cuenta que no se pueden fotografiar o filmar aeropuertos, puertos y zonas militares. También está prohibido filmar en las instalaciones de la policía. Los precios del material fotográfico son similares a los precios de Europa. En Sudáfrica no existe la costumbre de dejar propinas.

Idioma. Jemer (oficial), inglés, francés. El idioma oficial generalmente recibe el nombre de jémer en lugar de Camboyano. El jemer, puede considerarse una lengua difícil de aprender; sin embargo, las pocas palabras que se aprendan resultarán de gran ayuda. El inglés se está convirtiendo con rapidez en el segundo idioma del país por encima del francés, que siguen hablando muchos de los ciudadanos, educados antes de la década de 1970.

Diferencia Horaria. GMT +7 Seis horas de diferencia con España en invierno y cinco en verano.

Religión. 95% budistas theravada; musulmanes, animistas.

Clima. El clima de Camboya es tropical y está dominado por dos monzones que marcan de forma absoluta todo el ritmo de la vida rural: el monzón frío y seco, del noreste, que trae consigo poca lluvia y que se extiende de los meses de Noviembre a Marzo y el monzón húmedo, del sudoeste, que se inicia en Mayo y que dura hasta Octubre, trayendo consigo fuertes vientos y lluvias y unos altos índices de humedad. Entre ambos monzones se producen unos cortos períodos de transición. Incluso en la temporada húmeda las lluvias se producen raramente por las mañanas y las precipitaciones llegan normalmente por las tardes.

La época más propicia para visitar Camboya se focaliza en diciembre y enero, cuando el grado de humedad es soportable, las temperaturas, más frescas y las precipitaciones, poco probables. A partir de febrero, los grados ascienden, hasta resultar insoportables en abril. Un buen momento para visitar Angkor, a pesar de la humedad ambiental, es la estación húmeda, de mayo a octubre, ya que los fosos se encuentran a rebosar y el follaje es exuberante. Sin embargo, debe evitarse viajar a las regiones del noroeste del país durante estos meses, porque los caminos se inundan y el viaje resulta muy duro.

Moneda y Tarjetas de Crédito. La moneda oficial de Camboya es el riel y las autoridades han prohibido el introducir o sacar rieles del país. 1 riel nuevo (CR) = 100 sen. Billetes de 5, 50, 100, 200, 500 y 1.000 riels.

Convertidor de divisas

Asistencia médica/Vacunas No se requieren vacunas obligatorias para entrar en el país. Sin embargo Camboya es una zona de malaria, sobre todo en la zona fronteriza con Tailandia, por lo que sería interesante para el viajero seguir algún tratamiento profiláctico del paludismo y del tifus, además de incluir en su equipaje algún repelente de insectos con un contenido superior al 35% de DEET y procurar no mantener desnudos los brazos y las piernas al amanecer y al atardecer, es decir, cuando los mosquitos son siempre más activos. El Ministerio español de Asuntos Exteriores señala que no es obligatoria ninguna vacuna para entrar en Camboya, aunque sí recomienda protegerse contra el cólera y la hepatitis A y B.


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